El viernes 11 de marzo tuvo lugar en el Salón de Actos del Colegio Luis Amigó una Mesa Redonda Vocacional a la que asistieron alumnos de 1º de Bachillerato. En la mesa redonda participaron el Padre Félix, el matrimonio de Mayka e Iñaki y Fray Jorge. Moderaba el coordinador de Pastoral, Javier.
El padre Félix dio un testimonio vocacional de su vida como religioso amigoniano. Nos contó cómo conoció de jovencito a los Terciarios Capuchinos Amigonianos y estudió con ellos hasta ordenarse sacerdote en Pamplona. A los 22 años cantó Misa y le invitaron a ir de misionero a Venezuela, donde estuvo varios años colaborando en una casa de chavales con problemas familiares y donde toda ayuda era bienvenida. Después fue destinado durante 25 años al Colegio Caldeiro, en Madrid; y, más tarde, le destinaron a Pamplona. Está donde empezó, reflexionaba, y, haciendo memoria de lo vivido, nos dijo que todos podemos hacer algo en el mundo; que si ha venido a la vida no es sólo para servirse a sí mismo, para llenarse él, sino para servir y llenar a los demás.
Mayka e Iñaki se presentaron y nos contaron que llevan 35 años casados. Tienen dos hijos, un nieto y les gusta mucho la montaña. Haciendo un símil con la escalada hicieron ver a los chicos lo importante que es, para escalar, ir encordados y caminar con otros. Se identificaron como seguidores de San Francisco de Asís y hablaron a los alumnos de cómo encontraron la espiritualidad en los grupos parroquiales, de la presencia de los símbolos vivos en la Eucaristía y de la necesidad de una acción de gracias constante para crecer como personas y como matrimonio. Hicieron mucho hincapié en que un matrimonio no es algo de usar y tirar y en la importancia de superar las dificultades que siempre surgen juntos, al igual que en la montaña, en donde cuando uno pierde el pie el otro le sujeta, y viceversa.
Fray Jorge, de 32 años, se presentó a continuación: es madrileño y exalumno del colegio amigoniano Fundación Caldeiro. Tiene estudios en Marketing y en la actualidad es el coordinador de Pastoral del colegio amigoniano en Dos Hermanas (Sevilla). Hace poco más de un mes recibió los votos perpetuos para confirmar su vocación como fraile amigoniano.
En su intervención, conectó con los alumnos asistentes con cercanía y buen humor y enumeró desde su experiencia qué es la vocación y los obstáculos en todo camino vocacional. Contó a los chicos que la vocación, para él, es horizonte, es proyecto. “La vocación es descubrir lo que te hace ser feliz; la vocación es una pregunta, es cuando buscas eso que te falta, es esa pizca de sal”. Según confesó, a sus 22 años poseía todo lo que se podía tener a esa edad: una pareja, unos estudios y un trabajo con un futuro prometedor. “Pero no era feliz, no me sentía pleno”, reconoció. A día de hoy se siente feliz con su vida, se siente muy útil ayudando a los demás y reconoció que «no hay nada que antes pudiera hacer y que ahora, no». La vocación es un sí a Dios cada día, como con los amigos. “¿Es que acaso se puede ser amigo de alguien, un rato sí, y otro no?”
“He sentido que Dios me ama y deseo aprender a amar como Dios me ama a mí”. Para encontrar la vocación nos contó que cree que lo más importante es no conformarte: pararte a reflexionar; darte cuenta de que la vida es un regalo y que la vida tiene sentido cuando se regala, desde el servir; y reconocer que eres libre y que tienes que elegir, sobre todo ante las decisiones importantes de la vida. “Elegir es elegirse”.
Gracias, Fray Jorge, Maika, Iñaki, P. Félix y Javier.
Nos encantó escuchar vuestros testimonios, la jornada fue muy enriquecedora para todos.
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