El pasado sábado 31 de agosto fallecía, a la edad de 75 años, el religioso amigoniano P. Pedro Flores Giménez, que formaba parte, desde primeros de agosto, de la comunidad del Seminario San José de Godella (Valencia).

Nacido el 29 de abril de 1944 en Luque (Córdoba), el P. Pedro Flores hizo el noviciado en Sierra (Albacete), donde tuvo lugar su Primera Profesión el 15 de agosto de 1963 y fue ordenado diácono en 1971 en Sevilla. Su ordenación sacerdotal tuvo lugar el 22 de mayo de 1971 en Madrid.

Desarrolló su labor en Argentina, donde fue coadjutor en la Parroquia San Pantaleón, en la Diócesis de Morón, hasta 1974. A su regreso a España, fue destinado al Colegio San Hermenegildo de Dos Hermanas (Sevilla), donde permaneció hasta 1977. De ahí pasó a Hellín (Albacete), al Colegio Nuestra Señora del Rosario (actual Colegio Nuestra Señora de los Dolores), hasta que un año después fue destinado al Colegio San Nicolás de Bari de Teruel.

De 1979 a 1981 formó parte, como educador, del Colegio San Miguel de La Laguna (Tenerife) hasta que en 1981 fue nombrado superior de la Casa Tutelar San Francisco de Asís de Torremolinos (Málaga). En 1984 volvió a ejercer de profesor, en este caso en el Colegio Santa Rita de Madrid, donde estuvo seis años.

Nombrado director del Colegio San Hermenegildo de Dos Hermanas (Sevilla), ejerció el puesto durante dos años, hasta que en 1992 regresó  como  profesor al Colegio Santa Rita. En 1998 fue destinado al Colegio P. Luis Amigó de Pamplona, donde ha permanecido 21 años. En el Amigó desarrolló su actividad como profesor y realizando actividades pastorales con los alumnos del Colegio. El día 30 de junio celebró, junto con otros compañeros religiosos, los 50 años de profesión perpetua. Fue el día 6 de agosto de 2019 cuando se le trasladó a la comunidad del Seminario San José de Godella (Valencia). Allí falleció el pasado 31 de agosto.                                                                                                                                                                                                               

La comunidad religiosa, tus compañeros profesores, tu familia, amigos, alumnos y padres te recordamos con cariño y estamos seguros que estás descansando, junto al Padre de todos, en el Cielo.