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Belén

El Belén del Amigó: un tesoro para visitar

En 1233, Francisco de Asís llegó, junto con su hermano León, a la población de Greccio, en la región italiana del Lazio. Para intentar evangelizar a la población de la región, mayoritariamente analfabeta, Francisco pidió una dispensa al papa Honorio III para crear el primer Belén en una cueva muy cerca de la ermita de la localidad. Con la ayuda de Giovanni Velita, un señor feudal, que le proporcionó el pesebre, la paja y los animales, el santo convocó a los habitantes del pueblo al toque de la campana de la iglesia. Debido al frío invernal de la región, la figura del niño Jesús fue sustituida por un muñeco, pero no así la de los animales, que sí eran reales. La leyenda cuenta que a la hora en que la tradición fijaba el nacimiento del Mesías, el muñeco que representaba al Niño Jesús cobró vida y empezó a llorar. Otras leyendas dicen que sonrió y extendió sus brazos hacia el santo.

De la representación teatral y con personas reales se pasó muy pronto la realización de las figuras con diferentes materiales. En poco tiempo la tradición empezó a popularizarse, y en las ciudades italianas, durante los siglos XIV y XV, las iglesias se decoraban con belenes durante las celebraciones navideñas.

Hoy poner el Belén es una tradición que se ha popularizado en todos los hogares cristianos cuando se acerca la Navidad, y este año, para preparar la entrada este próximo 27 de noviembre en el Adviento (palabra que etimológicamente proviene del latín “adventus”, que significa ‘llegada’ o ‘venida’: la llegada se refiere al nacimiento de Jesucristo, el Mesías, que se celebra el 25 de diciembre) en nuestro colegio ya lo hemos puesto y lo podéis visitar.

Si os pasáis por la entrada del Colegio podréis disfrutar de una verdadera obra de arte: un artista navarro ha reconstruido la Biblioteca de Alejandría para el Amigó, y en el comedor del complejo palaciego, que parece haber resurgido de sus cenizas, los Reyes Magos cenan, custodiados por soldados romanos, entre los más de 490.000 libros que según el poeta Calímaco de Cirene éste contenía; los porches resguardan a la Virgen, a San José y al Niño Jesús, mientras reciben a los pastores que acuden a adorar al Niño con ofrendas; en las cocinas hay vida: se enciende el fogón, se trasiega el vino, se amasa pan. Y los doctores de la ley y los eruditos acuden a las salas y a los patios y jardines a consultar los volúmenes perdidos en este homenaje a uno de los más simbólicos desastres culturales de la historia, la desaparición de la Biblioteca de Alejandría.

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La reproducción del complejo palaciego de Alejandría comparte escenario en el Amigó con la reproducción de la calle Navas de Tolosa y la llegada del Olentzero y su desfile navideño a las calles de Pamplona.

Esperamos que disfrutéis de estas maravillas y que éstas, como el belén viviente de nuestro querido San Francisco, nos acerquen, conmovidos y esperanzados, al significado profundo de la Natividad de Jesús: el Amor infinito que Dios Padre nos tiene.

Feliz Adviento a todos.

Fuente: https://historia.nationalgeographic.com.es

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